Más de 140 países han aprobado medidas para controlar el uso de este metal altamente tóxico con el fin de reducir la cantidad que se libera en el medio ambiente
El acuerdo fue pactado después de toda una noche de negociaciones. El portavoz de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Nick Nuttall, ha explicado que “en la mañana del 19 de enero se ha acordado un tratado que supone un punto de de partida para librar al mundo de un metal altamente peligroso para la salud.”
La normativa, conocida como el Convenio de Minamata, en recuerdo a la ciudad japonesa que sufrió uno de los peores casos del mundo de la intoxicación por mercurio, será ratificada por los países en una conferencia diplomática a finales de este año.
La convención regulará las siguientes áreas:
• La alimentación y el comercio de mercurio;
• El uso de mercurio en productos y procesos industriales;
• Las medidas que deben adoptarse para reducir las emisiones procedentes de la extracción de oro artesanal y en pequeña escala;
• Las medidas que deben adoptarse para reducir las emisiones de las centrales eléctricas y las instalaciones de producción de metales.
Cinco días antes de la reunión, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Medio Ambiente (PNUMA) publicó un informe advirtiendo de que los países en desarrollo se enfrentan a unos riesgos para la salud y el medio ambiente cada vez mayores por la creciente exposición al mercurio.
Las principales razones del aumento de emisiones se derivan de un crecimiento de la pequeña minería y la quema de carbón. Como resultado de la rápida industrialización, el sudeste de Asia es el mayor emisor regional y representa casi la mitad de las emisiones anuales globales del elemento químico.
Efectos perdurables
El mercurio, un metal pesado de color blanco plateado, es líquido a temperatura ambiente y se puede evaporar fácilmente. Se encuentra en depósitos de cinabrio y también en formas naturales de una amplia gama de rocas, entre las cuales se encuentran la piedra caliza y el carbón.
El mercurio puede liberarse al medio ambiente a través de una serie de procesos industriales, que incluyen la producción minera, del metal y cemento y la quema de combustibles fósiles. Una vez liberado permanece en el ambiente durante mucho tiempo, ya que circula a través del aire, el agua, el suelo y los seres vivos y pueden extenderse a gran distancia.