En la emisión del viernes 9 de mayo de Enredando las mañanas, el programa de la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA), tuvimos el agrado de entrevistar al abogado, escritor, periodista, filósofo y docente, Vicente Zito Lema, con la excusa del reconocimiento como personalidad destacada en el ámbito de la Cultura y de los Derechos Humanos, que horas más tarde recibiría en la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Conversamos sobre el pasado y presente de los DDHH y terminamos con un poco de humor hablando de las desventuras de su querido Racing Club. Por RNMA.
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Enredando las mañanas: Tenemos el placer de presentar a Vicente Zito Lema. Vicente Zito Lema: ¿Que tal como les va? Muy buenos días, acabo de llegar de la Patagonia, estuve haciendo trabajos de derechos humanos por algunos lugares donde nunca imaginé que iba a llegar. Uno toma dimensión de golpe de los privilegios que los intelectuales, los artistas, tenemos, porque uno hace cosas, es cierto, por los derechos humanos, pero vengo de estar en dos de los lugares más desolados de Argentina, uno que se llama, El Cain, el otro Los Menucos, todo en la zona de la plena meseta patagónica, también en Ingeniero Jacobacci. Estuve con los maestros rurales, que están en zonas realmente desoladas, de lunes a viernes con los chicos, en escuelas muy humildes, donde los niños solo los sábados vuelven a sus casas, a veces 40 o 50 kilómetros en el medio de la meseta. Y ahí están, no reciben ningún premio por la cultura y los derechos humanos y a la vez casi me siento avergonzado, porque tanta gente que lucha duramente por la educación argentina, reciben sueldos que son realmente vergonzantes, en escuelas difíciles de mantener en pie; con Estados provinciales, nacional y municipales, que poco miran, donde se juega a cara o cruz la educación pública. Pareciera retórico lo que estoy diciendo, pero la verdad que uno toma conciencia cada vez que está (en esos lugares), que sin educación pública, este país no sería país. Y que se habla mucho de educación pero se habla poco de los maestros, de las condiciones durísimas que muchos de ellos (los rurales), tienen en este país y si no existieran los maestros rurales, buena parte de los chicos más humildes directamente estarían en una exclusión mayor todavía de la que hoy sufren. ELM: A partir de este reconocimiento como personalidad destacada de la Cultura y de los Derechos Humanos y lo que estabas mencionando sobre la educación pública, ¿qué lugar tiene hoy en día los derechos humanos en la educación pública, tanto en primaria, media y también en los niveles terciarios y universitarios? VZL: Siento que muy poco, bastante poco. Estuve en Cipoletti, en una escuela muy humilde, en una zona llamada Gómez, que está en condiciones terribles, tan malas que la directora cerró ella misma la escuela un día para ver si desde el Ministerio tomaban conciencia de la situación y la respuesta fue sancionarla. Y digo ¿por dónde va la violación de los derechos humanos? No me la van a contar a mi, que en la época del 60 y el 70 fui activo militante de los derechos humanos, cuando los militares provocaban el terror de Estado que, como ustedes saben, he sufrido atentados en carne propia, viví 8 años obligado en el exilio. Ese libro que estaban comentando (durante la presentación de la nota) que tenían ustedes, Conversaciones con Pichón Riviere, sobre el arte y la locura, era uno de los tantos libros puestos en la lista de los prohibidos. De eso sé, pero también sé que la defensa de los derechos humanos, no es solo esa etapa de nuestra historia y lo que veo es que se habla solamente en relación al 24 de marzo. Vuelvo a decir, entre los muertos están mis mejores compañeros de toda la vida, lo sufrí, pero no se puede hablar sólo de violación de derechos humanos tocando este tema. Por ejemplo para la gente que vive en la Patagonia es como una burla porque ahí está la comunidad Mapuche que es muy fuerte - en la meseta diría que la mitad es de herencia Mapuche - y entonces olvidar, cuando se habla de derechos humanos, la violación sistemática que sufrieron los pueblos originarios, que ni siquiera se los toma como violados en sus derechos, porque no se los considera prácticamente seres humanos, esa es la realidad y aún hoy sufren una discriminación, un saqueo de sus riquezas, como es la tierra, su lengua, sus costumbres. Es cierto que hay maestros y gente que toma conciencia de estas cosas, pero lo que podemos decir a nivel formal de la educación, los derechos humanos, son tocados en relación al 24 de marzo y está bien insisto, pero no es solo eso, porque hay mucha gente que está viviendo en condiciones terribles, sin casa, en pequeñas casitas que hacen ellos (hablo de la extrema Patagonia) que son de chapa, cartones. En esas condiciones subsistir ya es casi como una aventura increíble, esa es una violación de los derechos humanos, en la mala alimentación de tantos chicos, en la falta de trabajo, en escuelas que muchas veces no están aptas para soportar el clima de esa región, en sueldos de docentes que están siempre alejados de la realidad. Los maestros en Neuquén, están cortando rutas por estos días y no aparece en ningún lado; cortan porque todavía no han logrado el aumento que merecen. Es decir, hay como una proclamación de los derechos humanos, que se signa en una etapa, terrible, pero no es la única y eso no avanza en la conciencia pública y se arma entonces como una gigantesca división, entre los que recuerdan un momento preciso, que hay que recordar, y pareciera que otros hablan de la violación de hoy, como que no fueran inscriptos en esa misma lucha. A partir de la pequeña y dura autoridad que tengo - en el sentido que en esa etapa hubo que poner el cuerpo y no solo hablé sino también puse el cuerpo - entonces reivindico desde mi derecho de histórico militante de derechos humanos, hablar de ellos bajo sistemas constitucionales, donde desgraciadamente hay presos políticos, se violan los derechos económicos, sociales, culturales. Y en la Patagonia se violan cada vez más derechos ambientales, porque se está provocando una destrucción de la naturaleza, del medio ambiente, especialmente, con las explotaciones de gas, de petróleo y de oro. Habían sacado una ley prohibiendo esa práctica en Río Negro, de oro a cielo abierto mediante cianuro y demás técnicas terribles para la contaminación y en la misma provincia ahora quitaron esa ley que protegía al medio ambiente y entonces avanzan con la explotación del oro provocando hasta una gigantesca disputa social. Porque hay gente literalmente muerta de hambre, que no tiene trabajo de nada y de golpe me plantea: Vicente, usted tiene razón pero nosotros estamos en la situación de que o trabajamos en esas minas y ponemos en peligro nuestras vidas o nos quedamos en nuestras casas y también ponemos en riesgo nuestras vidas. Es decir siempre acosados por la desesperación, por el hambre, o trabajan contaminándose para morir de cáncer mañana o sin trabajo se mueren de hambre hoy. Porque ahí no es un chiste, donde estuve, había días de cero grado y todavía no llegó el invierno y cuando llegue, la temperatura media es de 15 bajo cero y sino tenés para comer, para vestir a tu familia, para conseguir leña o carbón, literalmente, te convertís en un animal condenado a morir y eso es entonces un tema de derechos humanos. Esto se da en muchas regiones de nuestro país, por ejemplo cuando voy al Chaco, Salta al noroeste, se da por el contrario, calores agobiantes, lluvias terribles, pueblos originarios condenados a morirse de hambre, recorro todo el país y quiero estar alegre y de golpe me pongo a pensar en estos temas. Ojala mi voz se escuche un poco más, porque parecería que con el recuerdo de los queridos compañeros asesinados bajo el terrorismo de Estado, se cubre luego la violación de los derechos humanos de hoy. ELM: Hablabas de tu militancia de los 60-70, de tu rol de intelectual, de artista, probablemente de los últimos que marca esa mixtura entre la teoría y la práctica, en no disociar la militancia de lo intelectual ¿Cómo te encuentra este premio que te entrega hoy la legislatura porteña, qué te provoca, que sensaciones te genera saber que te van a destacar como personalidad de la cultura y los derechos humanos? VZL: Lo veo como algo instrumental. De golpe vuelvo de la Patagonia, hay medios de comunicación que no me abrirían sus micrófonos, sus puertas, sino tuviera detrás una historia de obra, pero también de reconocimiento, no me pueden ignorar. Te soy sincero, después de ver el sufrimiento concreto y la lucha de muchos intelectuales, porque los maestros son intelectuales perdidos en un espacio donde nadie les reconoce nada y a mi me dan un doctor honoris causa, premios en bibliotecas, lo acepto, pero honestamente, instrumentalmente, por eso no es casual que haya invitado a un compañero de IMPA, para que sea el que cierre el acto, hablando de la reivindicación de la fábricas y empresas recuperadas, que otra vez están en peligro de desalojo, de IMPA, del Bauen y tantas otras. Por lo tanto, casi con vergüenza recibo los premios, pero luego los uso para fortificar, porque cuando voy a esas zonas, no ando con gente que me acompaña, me protege, voy solito como un intelectual loco, caballero andante, parezco un Quijote estúpido, no se como llamarme a mi mismo, que se mete en las aventuras, sino tuviera algo de espaldas cubiertas por estos premios, seguramente ya hubiera sufrido, no digo que me vayan a matar, pero si que van a cerrar las puertas. Y ahora las abren, golpeo en una comisaría y me atienden, pido hablar con un juez y me recibe, con un funcionario y me recibe, para eso me sirven estos premios, para tener una llave y poder hacer estas pequeñas cosas pero constantes; hace 50 años que hago esto y me dan justificación para seguir vivo cuando sabes que tus mejores amigos fueron asesinados. Me enteré ayer que uno de mis mejores amigos, el poeta Miguel Ángel Bustos que estaba desaparecido (desde el 30 de mayo de 1976), su cadáver fue encontrado y según los médicos, con signos evidentes de haber sido golpeado, vejado, todas las cosas horrendas. Se pueden dar cuenta que todo eso está en mi… recibir un premio para que la espalda sea más dura y poder seguir avanzando con el recuerdo de los compañeros.
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